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Mostrando entradas de agosto, 2015

Personas que te tocan la patata o el chocho.

Todo depende de la perspectiva con que mires las cosas. ¿No? Hoy me siento afortunada, me percato de que me rodean personas del lote de "increíbles" y me he llenado el pecho, he sacado mis armas y he disparado flores de colores para alegrar al mundo. Pero para llegar a este punto he tenido que detenerme y hacer juicio moral de las personas, de la vida, del propio ser, de mí misma. Llevo tiempo concluyendo que hay personas malas, egoístas, egocéntricas a las que les importa un rábano hacerte daño, verte llorar o simplemente patearte el culo. Esas son las personas que te tocan el chocho o personas de veinte minutos, como queráis llamarlo. Algún día definiré a las de "veinte minutos" son menos maléficas que las otras, pero no te apetece estar más tiempo con ella que ese. Después ves a esas personas que te tocan la patata, las increíbles y normalmente son las que más cerca están de ti, pero a veces no te paras a definirlas. Y es bonito, ver como el tiempo se detie

Tic-Tac

Hacía tiempo que no pasaba por aquí. Quizás cuando la vida te llena el tiempo que tienes, olvidas lo que realmente te hace feliz. Pero hoy, hoy ha venido a mi mente algo que tenía que recordar. Las personas son verbos. Es una clasificación evidente, simple y concisa que te hace toparte con la realidad que te gusta y la que no tanto.  Y se clasifican de un modo parecido a este: -Personas que están  -Las que vienen -Personas que pasan (de largo o de ti) - Las que permanecen ..Y las que se desvanecen.  Esa es la parte que más triste me pone, porque normalmente antes serían de las "que están", pero por un motivo u otro se convierten en serpentina y se van si el viento sopla un poco más fuerte de lo normal.