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¿Qué?

A veces las palabras más bonitas salen cuando tu estás en la mierda. O al menos eso dicen. Hoy ha sido un día maravilloso con una noche cambiada a destiempo. Y es que a veces no entiendo nada y otras tan bien que parece que yo misma las he escrito. Las que entiendo a veces me encanta y otras me defraudan, pero al menos sé lo que dicen. Las que no me descolocan, crean un vacío en mí que nada puede llenar, me hacen sentir apática, triste, melancólica... En medio de una lluvia en pleno verano, fría y sin paraguas.  Y yo pienso, ¿Qué más le dará a los demás explicarme las cosas? 

¿Entiendes?

A veces las palabras no bastan. De hecho, sobran. ¿Por qué la gente mata? ¿Por qué existe la guerra? ¿Por qué el dinero mueve fronteras? ¿ Y por qué hay niños que no tienen escuela a la que ir? Hay demasiadas preguntas de las que no sabemos la respuesta, o sí sabemos la respuesta, pero la solución no está justo encima de nuestras manos. Esas preguntas están en el límite, ese que haría que lo dejaras todo por dar respuesta, pero siempre andas un paso por detrás. El límite que marca nuestras vidas, ese que si cruzamos nos hace sentir indefensos pero después la recompensa no tiene nada que ver con lo de antes. Nadie es el encargado de que tú cruces los límites, como siempre, todo depende de ti.  Si te arriesgas, ganas o pierdes, pero si no haces nada, siempre te quedarás con la duda. 

Hoy es un día en el que me cortaría el pelo.

Hace demasiado tiempo que no paso por aquí. He estado ocupada en lo de siempre, en perder el tiempo, pero esta vez acompañada. Pero hoy me han entrado unas ganas repentinas de cortarme el pelo, como hace unos años, como cuando creía que contándomelo el mundo cambiaría. En parte era así, todo daba un giro. O quizás era yo quién lo daba y comprendía que no siempre podemos mirar al mundo con cara de enfado. Hoy no creo que sea necesario usar las tijeras como remedio casero, quizás baje al super y me compre algo de color para cambiarlo, o me haré un moño alto.  Ahora mismo no sé, todo está cambiando, evolucionando o como queráis llamarlo. A veces me siento histérica y otras en paz. Pero como decía mamá, "quién algo quiere, algo le cuesta" y "para presumir hay que sufrir".  Así que me meto esos consejos en el bolsillo, para sacarlos en los momentos en los que un abrazo de ella serían la mejor medicina que podrían resolver mis males de pacotilla. 

Gracias.

Se dejó todos los libros encima de la mesa, una camisa y toda su energía positiva flotando por el cuarto. Se fue, en el primer tren, o en el cuarto, qué importa, se fue y se llevó casi toda su ropa, alguna se quedó porque volvería, se olvidó de muchas de sus cosas como siempre que salía por la puerta para ir a cualquier lugar al que mi cuerpo no pudiera trasladarse. Le encantaba dejar toda su energía esparcida por cada rincón, para que sin darme cuenta viniera a mí y me llenara hasta el último poro. Pero lo mejor de todo es que se la sigue dejando y se la dejará todas las veces que mi pecho contra el suyo tarden unos días en estrujarse. Ya no hay llantos, se fueron los caprichos. Quedan sensaciones maravillosas con las que decorar miles de sonrisas en mis mejillas y así poder regalarlas a cualquier persona que pase, que se cruce conmigo. Aunque algunas palabras se deban guardar para que no se gasten, hay momentos en los que merecen ser dichas: gracias. 

Para mí, tú eres música.

Me gustaría poder cerrar los ojos, taparlos con mis manos. Cuando ya no quede nada de luz pedir un deseo. Y ¡Chas! , deseo cumplido.  Sería una locura decir que con que pasara una sola vez sería suficiente, porque estoy segura de que es una de esas cosas que son necesarias vivir, al menos, un par de veces en la vida.. Pero.. aquí estoy, con las manos en el teclado y los ojos bien abiertos, esperando a que mis actos puedan cumplir los deseos que mis ojos cerrados no consiguen.  Pensamientos que fluyen, acompañados por la banda sonora de nuestra vida y solo faltas tú . 

Sentimentalismo

Los sentimientos mueven el mundo. Hay muchas otras cosas que mueven el mundo, pero no son plenamente nuestras. Ahí está la clave. Todos llamamos de la misma forma a diferentes sentimientos. ¿Qué es el amor? Nadie lo toca, ni sabe, a besos quizás, pero, ¿A qué saben los besos? Esa es la cuestión, para cada uno de nosotros un mismo sentimiento nos lleva a pensar en aspectos completamente diferentes. Me arriesgaría a decir que nunca estaríamos de acuerdo sobre lo que significan para otro, pues siempre faltaría o sobraría algo en el significado ajeno. Pero eso es maravilloso, escuchar lo que para otros es algo exacto, con el mismo nombre para ti y en nada se parece a lo que hay en tu mente. Sigamos moviendo el mundo, pero solo a través de los buenos sentimientos, se llamen como se llamen, por favor.

La belleza está dentro.

Lo bello del momento que no se puede explicar con palabras. Respirar profundo y dejar salir todos los sentimientos que están arraigados en lo más profundo de nuestro ser. Podemos conocernos con la mirada, hablar sin palabras y entregarlo todo sin tocarnos. Ahí está lo bello del ser humano. Inmortalizar los momentos, los buenos momentos, en palabras hace que no mueran jamás, que se repitan y sigan creándose para no desaparecer del baúl que todos llevamos dentro y nadie puede tocar.

Un día más.

La ciudad no es más que un reflejo en un cristal. No queda casi nada encendido, y hoy todos van de dos en dos. Me siento tan sola en medio de la gente, como tantas otras veces. Por nada, por todo. A veces abro la boca demasiado grande para la poca comida que hay en el tenedor.

Punto de no retorno

Te imaginas el abismo pero en realidad no es más que una playa maquillada por lastres de tu imaginación. Si piensas dudarás, es realidad, nada más. Si no podemos saber si mañana lloverá o no con total seguridad aunque lo hayan dicho en el tiempo, no podemos saber nada más de lo que ven nuestro ojos. Pero las dudas avanzan y el tiempo corre. Tus ojos comienzan a ver más mundo y tus pupilas almacenan los recuerdos por algún lado de tu cuerpo. Mañana sabrás como actuar ante las dudas de ayer, pero seguirán el mismo proceso con las que vendrán. Al final solo cuenta saber si estás bien hoy para continuar mañana del mismo modo. Ser feliz es la meta, pero no sirve de nada si caminamos por un paraje ruinoso. Queramos o no llega el punto de no retorno. Y es que: solo podemos seguir hacia adelante. 

Amor d e m i s a m o r e s . .

Amor de mis amores. La promesa de sinceridad no se desvanecerá en mitad de la nada, pues lo que está construido sobre fuertes cimientos rara vez se destruye porque sí. Aunque todo puede pasar. N o sabemos dónde estaremos mañana ni con quién, pero sí sabes como te gustaría justo en ese segundo. Además: Soñar no cuesta dinero. Tan solo queda seguir respirando cada segundo, sintiendo cada ráfaga de aliento que nos brinda la vida, ese segundo más. Y hacerlo de ese modo, que justo a ti te apetece. No sé bien por qué estamos aquí, pero es nuestra decisión escoger una serie de sendas o las otras.  Y a mí me gusta aprender junto a ti.  No me queda nada más que decir.

Ma - qui - lla - je.

Hace tiempo que comencé a odiar las cosas sobrecargadas. Personas demasiado pintadas (aunque a veces me pase con los coloretes), demasiada luz en una misma habitación, demasiada gente o palabras de más que nunca terminan en nada. Pero después, das un repaso por el mundo actual y ves como esas personas que abusaron de los "demasiados" están en la cima y todas aquellas que disfrutan de lo pequeño del mundo se quedan escondidos tras algunas ráfagas de viento que no les permiten pasar. Indudablemente la creación artística de los segundos, o sea lo que sea lo que hacen, pesa unas cuantas toneladas más que lo que "quieran que hagan" los primero. Nada tiene que ver la calidad de unos frente a los otros. Siempre queda la excepción que marca la regla.  Aún no entiendo muy bien el por qué de este fenómeno. Quizás la máscara que se les otorga los envuelva en unos aires de erotismo sobreactuado que a la mayoría de la población les guste (por un rato). La verdad, no lo sé.

"Despacito y con esmero edifico una ilusión"

Poco a poco, recuerdo tras recuerdo, recoges todas esas pequeñas y casi invisibles metas que quería tener entre las manos. Y es justo ahora cuando ya no quedan dudas, cuando llegan los ríos que desembocan en el mar.  Recuerdo aquellos días en los que negaba dejarme llevar y ya han pasado muchos días haciendo justo eso, y ya no hay marcha atrás. Realmente nunca podemos dar macha atrás, pero esta vez estamos ya dentro del tren, de ese que no perdí y me lleva por un viaje maravilloso del que ya formo parte. Ahora solo me gustaría una cosa: Verte entrar.

Nos

Es curioso que cuando definimos algo compartido, nuestro, de nosotros, la palabra "nos" nos lleve a una negación en plural. NO-S Y es que se trata justo de eso. Aprender a negar lo que no queremos, por muy compartido que sea. No tenemos que aceptar lo que no queremos. Así vamos fabricando nuestra memoria interna, cargada de elecciones bien hechas, pues, aceptar no es siempre la mejor opción. Tenemos que aprender a decir que no, sin olvidarnos de los síes. Ambos mejorarán nuestra vida. Aprender, aprender.. ¡Cuánto nos queda que saber!

Trato ácido

Déjame que me equivoque, y que rectifique, o no. Todos los pasos no están mal dados. Las huellas sobreviven en el hielo. Ese que nunca se derrite. Déjame que meta tanto la pata que ni siquiera me reconozcas, las lágrimas nos sanan por dentro. Puedo hacerlo todo a la perfección, pero a veces las conexiones dicen lo contrario. Y es que se trata de aprender. Y yo tengo mis brazos abiertos para cada error, para cada confusión. Quién no se equivoca jamás mejora, jamás cambia, jamás avanza. Y yo no puedo quedarme quieta. Hagamos un trato ácido, de esos que te hacen querer comerte la vida, mientras la miras con ojos desafiantes y una sonrisa pícara. ¡Hagámoslo!

No son palabras tristes

Cuando el tiempo se torna a gris, mi mente parece blanca, pero siempre hay una excepción, esa que marca la regla. Días nublados, ojos lluviosos. Días lluviosos, sentimientos nublados. A veces la verdad duele, duele tanto que sientes como si las palabras fueran una bomba que se acerca a ti, entra por tu boca y entonces explota. No sé bien qué decir. Tienes la razón. Asiento. Agacho la cabeza. Antes de que te des media vuelta estaré empapando pañuelos de papel. Nuestras decisiones, esas que elegimos nosotros mismos, tienen consecuencias y más cuando el mundo habla a tu alrededor sin parar y tú no quieres escuchar, nada más ¡basta! No será lo mismo, ya nunca será lo mismo, pero será diferente y la diferencia marca el cambio, el progreso. Tengo la ilusión enfrente y mis sueños al lado, tenía dos opciones, caminar y seguir o quedarme sentada disfrutando de dulces melodías. Nadie nunca dijo que el sendero elegido sea fácil. Como decía mi princesa, Vicky (la única princesa que h

La vida en rosa

Estoy incendiada. Tengo los sentimientos a flor de piel, no más de lo normal, como siempre. Es un estado constante. Me preocupa cuando llevo algo más de un mes sin sentir la zanahoria en mi garganta. Entonces, algo me ocurre. He escuchado muchas versiones de "La vie en rose" , algunas hasta me han dado rabia, pero realmente ninguna me ha inundado tanto como la que acabo de escuchar hace unos minutos. La verdad, es que todo en la vida sabe mejor cuando se acompaña con música. Ella te puede llevar al lugar que tu quieras, te proporciona los sentimientos que deseas en cada momento y nunca, nunca te suelta de la mano. Lo he vuelto a sentir, lo siento justo aquí. 

Primera

Creo que ha llegado el momento de volver. No ha llegado momento de volver. Nunca se vuelve en el tiempo, se retoma o se empieza de cero. Estoy empezando, volviendo a comenzar. Necesitaba una excusa, un nuevo empujón. Hay pocas cosas que me gusten más que esto, más que decir lo que siento. No podía dejar de teclear. El descanso fue eterno, como la noche, y con él han venido aprendizajes, miradas que ignorar y palabras que guardar para que no se gasten. Es el momento, es mi momento y estoy aquí para aprovecharlo.