Trato ácido

Déjame que me equivoque, y que rectifique, o no. Todos los pasos no están mal dados. Las huellas sobreviven en el hielo. Ese que nunca se derrite.

Déjame que meta tanto la pata que ni siquiera me reconozcas, las lágrimas nos sanan por dentro.

Puedo hacerlo todo a la perfección, pero a veces las conexiones dicen lo contrario.

Y es que se trata de aprender. Y yo tengo mis brazos abiertos para cada error, para cada confusión.

Quién no se equivoca jamás mejora, jamás cambia, jamás avanza. Y yo no puedo quedarme quieta.

Hagamos un trato ácido, de esos que te hacen querer comerte la vida, mientras la miras con ojos desafiantes y una sonrisa pícara. ¡Hagámoslo!

Comentarios

Entradas populares de este blog

Mundo

Sweden

¿Nos vamos?