Hablar por hablar.

Cuando hablamos con alguien y le dedicamos uno de nuestros "desquiciados comentarios" nos centramos en el poder liberador que esas palabras tendrán sobre nosotros mismos y nos olvidamos de lo que llegará a la otra persona. Un arsenal completo de armas explosivas sin control alguno.

A lo que la otra persona puede responder con más armas o acabar herido y sin palabras que añadir.

¿De verdad nos creemos tan importantes cuando somos un punto en medio de una galaxia de la que no sabemos nada?

Solo tenemos una vida.

¿Cómo queremos vivirla?
¿Cómo queremos compartirla?

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