Histeria

Si no quieres, no lo hagas.  Pero mi paz, para mí. El trastorno de la vida en la que parecemos los caballos de la feria a los que obligan a mirar hacia el frente, nos lo imponemos nosotros mismos. Fuego sale de la boca,  sin ser conscientes de que no hacen falta palabras para que el oponente se de cuenta de que ahora es tu rival. Cuando hace un minuto iba de tu mano.

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