Tiempo = Próximas 24 horas.

Me pongo la música y me dejo llevar. Me pongo Yann Tiersen y dejo que mis dedos deslicen el boli, o tecleen estas letras que dan sentido a la nada, a mi nada más personal.

Hacía tiempo que la música no me llevaba lejos, llevo tiempo sin saber cuál es mi instrumento, hace un mes que no relleno una página en blanco y hace aun más que no me tumbo a pensar sin más, mirando el techo blanco y las paredes moradas, o rosas o beiges, como en este caso. El morado de aquel tiempo me desquiciaba, quizás por eso lo miraba más frenéticamente. 

Y es que si no nos paramos por nosotros, ¿quién nos va a obligar a detenernos? Esta frase por si sola carece de sentido, o el sentido es simplemente el opuesto, "nadie tiene que pararnos jamás", pero no es verdad. A veces es mejor que alguien nos cuestiones por qué vamos tan rápido, sin ni siquiera mirar al cruzar la calle, a veces es realmente importante que nos detengan para mirarnos a nosotros mismos, por dentro, para sanarnos, para querernos como nadie nos va a querer jamás.

El tiempo de un adulto, el poco tiempo de un adulto.. ¡Bobadas! el tiempo es el que tú quieres tener.

Me encantaría volar a mitad del campo, con el césped medio mojado por el rocío, y el sol que calienta pero no quema y olvidarme del mundo que se está volviendo loco, y olvidarme de todo. Pero estoy aquí sentada, viajando con mi imaginación, dejando mi energía en cada letra, y es justo eso lo que he hace sentirme justo allí, en medio del césped húmedo con ese sol calentito que tanto me reconforta.

Volveré a ti siempre que lo necesites, pues sé que sea en la forma que sea siempre me estarás esperando para que tizne con letras cualquieras un pedazo más de historia, de cualquier historia. 


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